El Museo Puget está instalado en una casona noble de Dalt Vila en la antigua calle Mayor. Actualmente, este tramo, se llama calle San Ciriaco, por alusión a la pequeña capilla en honor a dicho santo, cuya celebración coincidió con el día de entrada de las tropas cristianas a la ciudadela y que se halla situada en uno de los pasadizos de acceso a la fortificación que permitieron el asalto de la misma dejando a Ibiza ligada por derecho al Arzobispado de Tarragona y a la Corona de Aragón.
La casona es conocida popularmente por el nombre de Can Comasema, por ser la familia Palou de Comasema, de origen mallorquín, quién la habitó y fue su propietaria en el s.XIX. Esta familia a su vez, estaba emparentada con otra de origen catalán cuya presencia en dicha casa data del s. XVIII, los Laudes, muy pudiente y perteneciente al estamento militar, con propiedades rurales y urbanas en la isla.
Pero tal vez la parte más antigua de la casa date del s.XV, pues la aparición del escudo de otra familia, los Francolí, también de orígen catalán, en los capiteles de algunas pilastras del patio, señala como probable una fábrica posterior a la fecha de la conquista catalana-aragonesa en 1235.
Precisamente este hecho hará posible la llegada a la isla de los artífices y artistas imbuidos de las corrientes del gótico de influencia catalana que a su vez habían ido decantando y recibiendo el estilo desde la Francia meridional en fecha muy tardía, consiguiendo a la postre una estética sumamente original y con características propias.
La fachada principal se orienta al sur y es de paramento enlucido muy sobria. La noble puerta es de arco de medio punto con dovelas de sillar, encima de cuya clave se alza el escudo de la familia Laudes rematado por yelmo de caballero.
La parte superior de la puerta se cala con un gran ventanal de tres arcos de medio punto, de elegante trazado, enmarcado por un alfíz lobulado y decorado por una guirnalda de rosetas que nacen y mueren en sendas vasijitas. El arco central del ventanal descansa sobre finas columnillas de fuste liso de mármol blanco y capitel de motivos vegetales.
El zaguán se desarrolla en torno a un patio de luces con balconada, permitiendo el acceso a la planta superior mediante una escalera de piedra volada al descubierto de calado antepecho con rosetones que concluye en un arco apuntado.
El arco de acceso a la planta central es escarzano y son precisamente en las impostas de sus jambas en donde aparecen los pequeños escudos de los Francolí. Esta planta está compuesta por tres habitaciones cuyas puertas de comunicación entre sí son arcos carpaneles con molduras alternas cóncavas y convexas, interponiéndose a la altura del arranque del arco unos pequeños capiteles-imposta de tema vegetal y enmarcándose algunas con alfíz. Dos de estas salas tienen artesonados de cuarterones con adornos de tracería gótica en la zona de encuentro con el muro.
En la planta superior se hallan dos grandes salas y varias habitaciones abiertas al norte. Los elementos decorativos se concentran en las molduras de las ventanas siendo muy frecuentes los arco conopiales con decoración lobulada y vegetal. La existencia y proporciones de éstas salas se vinculan con la afición de la arquitectura tardo-medieval catalana por los grandes espacios diáfanos.